Con el cierre del 143° período ordinario este viernes, Unión por la Patria intenta forzar sesiones en Diputados y el Senado para aprobar proyectos clave —como la reforma de los DNU y la autarquía del ENARD— antes de que pierdan estado parlamentario. Las chances son mínimas en medio de un oficialismo fortalecido tras el triunfo de La Libertad Avanza.
La oposición más dura en el Congreso intentará abrir las puertas de los recintos de ambas cámaras esta última semana del período ordinario, con el fin de tratar una serie de temas pendientes antes de que antes del recambio legislativo hagan que queden definitivamente en el camino.
Es una cuenta regresiva que concluye este viernes, cuando termine el 143° período ordinario y se caigan todos los dictámenes, habida cuenta del recambio legislativo en ambas cámaras.
Será al cabo de un ciclo parlamentario inédito, por la cantidad de sesiones que hubo tratándose de un año electoral. En el caso de la Cámara baja, con 13 sesiones entre marzo y noviembre, fue un récord para los últimos años: solo en 2017 hubo tantas sesiones en un año electoral.
Nada que despierte satisfacción en el Gobierno, que debió padecer el presente 2025 al ritmo que impuso la oposición, que con un número superior al oficialismo con menos legisladores de la democracia debió resistir como pudo y se preocupó especialmente de defender los vetos presidenciales.
El ímpetu de la oposición se dio de bruces con el resultado del 26 de octubre. A partir de la inesperada victoria de La Libertad Avanza en casi todo el país, se dio un súbito freno en el Congreso, donde no volvió a haber sesiones. Los gobernadores mucho tienen que ver en eso.
Es algo que los bloques de Unión por la Patria intentarán revertir en esta última semana. En el Senado es donde tienen mayores chances, aunque son expectativas menguadas las del interbloque que conduce José Mayans, que haría un intento el próximo miércoles, dos días antes de la sesión de jura de los nuevos senadores nacionales. Sucede que ya las últimas dos semanas se había especulado con realizar una sesión para convertir en ley la modificación de la ley que regula los decretos de necesidad y urgencia como tema central. Pero por razones diversas vinculadas fundamentalmente con el quórum, esa sesión no se concretó.
Al concluir el martes pasado la reunión del Consejo Nacional Justicialista, el vicepresidente primero del peronismo, José Mayans, adelantó la intención de su bancada de sesionar dos días después “con un tema como DNU, que tenemos prácticamente dictamen, y si es posible este jueves”. Pero no sucedió.
Este miércoles se haría un último intento, según trascendió de fuentes parlamentarias, que dejaron interrogantes abiertos respecto del resultado que vaya a tener esa propuesta. En caso de que haya sesión, los miembros de UP votarían el proyecto tal cual llegó de Diputados porque “no nos van a dar los tiempos para poder tener la ley que regule los términos por los que este gobierno se maneja”, según confió el chubutense Carlos Linares.
El esfuerzo opositor por sesionar tiene que ver sobre todo porque en la nueva conformación que tendrá la Cámara alta, a Unión por la Patria, o Fuerza Patria -si así termina denominándose- se le hará imposible manejar la agenda, como en líneas generales pudo hacer hasta el presente, dada la drástica reducción que tendrá esa bancada. Y esa media sanción para reformar los DNU quedará durmiendo probablemente el sueño de los justos.
Aunque a decir verdad, no es el proyecto de ley que más desvele al kirchnerismo en particular.
¿Sesión en Diputados?
Hace tiempo que en la Cámara baja viene especulándose con una sesión, aunque los que solían sumarse a Unión por la Patria para brindar el plus necesario para conseguir el quórum han bajado prácticamente la guardia en las últimas semanas, dejándole a la principal oposición la responsabilidad de convocar a una sesión y ocuparse de reunir el quórum. ¿La razón? Las pocas expectativas que les despierta la posibilidad de reunir el quórum.
“No veo a los gobernadores dando número para que sea posible”, confió a parlamentario.com un integrante de esos sectores opositores que motorizaron este año buena parte de las sesiones.
Después de un año en el que la oposición marcó la agenda en la Cámara baja, muchos consideraron que no valía la pena dar una muestra de debilidad con una sesión frustrada. El tema es que a estas alturas, perdido por perdido, son muchos los que sugieren al menos hacer un intento para tener una última sesión, aunque sea en minoría. Lo cierto es que nadie convocó hasta ahora a una sesión para esta semana, ni en Diputados ni en el Senado.

Martín Menem espera confiado que la oposición no consiga su objetivo de sesionar.
Pero al menos el presidente del bloque Unión por la Patria, Germán Martínez, dejó claras esas intenciones el jueves pasado, cuando en el marco de la Comisión Investigadora por el Fentanilo Contaminado anticipó que harían un intento para sesionar este miércoles 26 de noviembre. Fue cuando concluía esa reunión y anunciaron que reiterarían la convocatoria al ministro de Salud de la Nación, Mario Lugones, y la titular de la ANMAT, Agustina Bisio, para concurrir esta semana, dado que por supuestas “razones de agenda” no lo pudieron hacer en las últimas dos oportunidades en que fueron citados.
Teniendo en cuenta la posibilidad de sesionar este miércoles, Germán Martínez sugirió no darle al ministro una nueva excusa para ausentarse, recomendando entonces invitarlo para el jueves. Al final, terminaron citándolo para ese día, pero también -para dejarlo sin argumentos evasivos- para este miércoles a las 9 de la mañana.
La verdad es que muy pocos son optimistas respecto de que Lugones vaya a concurrir finalmente a la comisión… pero tampoco que se pueda reunir quórum este miércoles para sesionar.
En caso de que sea convocada esa sesión, uno de los proyectos que incluiría el temario es el que busca devolverle al ENARD su autarquía financiera. El mismo obtuvo dictamen en un plenario de comisiones celebrado el pasado 21 de octubre y, como todos los demás, si el viernes no llega al recinto, se cae.
Con este panorama lleno de interrogantes, la oposición llega a esta última semana del período ordinario que, además, es corta, habida cuenta del feriado de este lunes. Con un oficialismo que espera confiado el viernes, cuando respirará finalmente aliviado por concluir un año en el que experimentó el bombardeo constante de una oposición que ya no volverá a tener la fuerza de la que gozó este 2025, al menos por los próximos dos años.