La estrategia del Gobierno para blindar el superávit fiscal se apoya en vetos presidenciales y decretos, ante un Congreso donde aún no tiene los números para avanzar con reformas estructurales. El informe de la consultora La Sastrería analiza las votaciones, la aritmética parlamentaria y el posible impacto de las elecciones 2025 en el equilibrio de fuerzas. ¿Alcanza con resistir?
Los vetos para las leyes ya aprobadas por el Congreso en detrimento de los intereses del Gobierno son inexorables y llegarán en breve, atentos a la consigna que dice que “el equilibrio fiscal es innegociable”. A partir de ese trámite, se iniciará la cuenta regresiva para que ambas cámaras definan la suerte de esos vetos.
Así las cosas el objetivo fundamental del Gobierno es blindar el superávit fiscal; ergo, contar con el tercio necesario en ambas cámaras para garantizarlo.
¿Cuál es el balance de fuerzas hoy en el Congreso? ¿Milei puede avanzar con reformas estructurales o, por ahora, solo puede gobernar con veto y DNU? ¿Sigue contando con los héroes que necesita para vetar? Esas son las preguntas que se formuló La Sastrería, la consultora de Raúl Timerman y Juan Carlos Malagoli, para elaborar un informe denominado #HilandoFino, al que tuvo acceso parlamentario.com y que pasamos a detallar.
El trabajo arranca por el Senado, un espacio hostil para el oficialismo, que analiza las votaciones de 2024 (Ley Bases, DNU SIDE, movilidad jubilatoria y financiamiento universitario) y de 2025 (Comisión $LIBRA, ficha limpia y las seis votaciones del 10 de julio pasado). Determinó en ese sentido que 33 diputados nunca votaron a favor del oficialismo (los de UP, que ahora son 34), hubo 33 votos oscilantes y 6 que nunca votaron en contra, obviamente los del oficialismo.
La mejor votación para La Libertad Avanza fue la del 36 a 36 que desempató Victoria Villarruel con la que se aprobó la Ley Bases el año pasado; en tanto que la peor votación fue la de jubilaciones, en 2024, que el oficialismo perdió 61 a 8.
Según los mismos parámetros, en Diputados hubo 106 diputados que nunca votaron a favor del oficialismo; 94 oscilantes y 57 que nunca votaron en contra.
La mejor votación para La Libertad Avanza fue en este caso también la de la aprobación de Bases, 146 a 107; mientras que la peor resultó 52 a 156, cuando la oposición volteó el DNU de la SIDE, el año pasado.
El espejo de Carlos Menem
Con estos números, concluye La Sastrería, el oficialismo de Javier Milei aún no está en condiciones de llevar adelante reformas estructurales como las que sí logró el presidente Carlos Saúl Menem en sus primeros 2 años. A saber:
1989 – Ley de Reforma del Estado (23.696)
1989 – Ley de Emergencia Económica (23.697)
1991 – Ley de Convertibilidad (23.928)
Obviamente Carlos Menem contaba con números que hoy no tienen los libertarios. Entre 1989 y 1991, el oficialismo tenía 26 de un total de 46 senadores (equivalente al 57% de la Cámara alta), y 127 de un total de 254 diputados (50% de la Cámara baja).
Para La Sastrería, la actitud avasallante del presidente Javier Milei contrasta con su estrategia legislativa; su primer intento en el Congreso expuso esta cuestión. Para LLA resultó necesario “recalcular” y negociar gran parte de la Ley Bases para conseguir su sanción.
Así las cosas, en poco más de un año y medio de gobierno consiguió estos resultados:
Ante esta situación adversa, el oficialismo apela a dos herramientas constitucionales: el veto presidencial y el DNU.
En septiembre de 2024, Milei logró juntar en Diputados lo que denominó “87 héroes” para sostener su veto al aumento de jubilaciones. Un mes después, nuevamente sostuvo un veto, esta vez con 85 diputados y frente al proyecto de financiamiento universitario.
Raúl Alfonsín vetó 49 veces, perdió una insistencia. Menem vetó 195,perdió 30; De la Rúa vetó 46, perdió 5.
Néstor Kirchner vetó 39 leyes, Cristina Kirchner 21 y Mauricio Macri 8: ninguno perdió insistencias.
En cuanto a los DNU, se recuerda que el artículo 99 de la Constitución Nacional faculta al presidente para dictar decretos de necesidad y urgencia cuando circunstancias excepcionales hicieran imposible la sanción de las leyes, y no se trate de normas que regulen materia penal, tributaria, electoral o de régimen de los partidos políticos. Los DNUs se someten a consideración del Congreso.
En 2024, por primera vez en la historia se rechazó un DNU (el de los fondos reservados para la SIDE). En 2025, Milei ratificó el DNU para endeudarse con el FMI con 129 votos en Diputados.
Ante los posibles vetos del presidente Milei al incremento de jubilaciones y la emergencia en discapacidad se presenta la duda si, esta vez, los podrá sostener. ¿El escenario? Diputados, a menor cantidad de presentes, más factible el bloqueo de la insistencia por parte del oficialismo.
Ejemplo:
Diputados presentes | 2/3 insistencia | 1/3 bloqueo/veto |
230 | 153 | 77 |
240 | 160 | 80 |
257 (todos presentes) | 172 | 86 |
La ley de jubilaciones votada en Diputados el 4 de junio tuvo este resultado: 142 votos afirmativos, 67 negativos y 19 abstenciones. Hubo 288 presentes y 28 diputados ausentes.
¿Cuántos “héroes” hacen falta?
Si pensamos que el piso de diputados con el que contaría Javier Milei son los 67 que votaron, el pasado 4 de junio, contra el proyecto para incrementar jubilaciones y pensiones, ¿de dónde podrían surgir los héroes que aún resultan necesarios?, se pregunta la consultora de Timerman y Malagoli.
Tras aclarar que el presidente de la Cámara puede votar en las insistencias, se recuerda la procedencia de los 28 ausentes en esa votación: 3 del Pro, 3 de Democracia para Siempre, 2 de LLA, 1 de la UCR, 7 de Hacemos Coalición Federal, 5 de UP y 7 de otros bloques. Entre estos, hay 10 de los que supieron sostener el veto a las jubilaciones en 2024.
En las 19 abstenciones (9 radicales, 9 Pro y 1 de otros), hay 8 de los que sostuvieron el veto a las jubilaciones en 2024 (todos del Pro). 18 de los 19 que se abstuvieron, votaron en contra de la creación de la Comisión Investigadora por el caso $LIBRA.
Milei frente a los “87 héroes” en ocasión del asado con el que los homenajeó en Olivos.
El espejo de Mauricio Macri
La Sastrería se pregunta cuánto puede cambiar el tablero en el Congreso a partir de las elecciones de octubre. Y pone el ejemplo de las elecciones intermedias de Cambiemos (2017) como el sueño de Milei.
Recordemos que Mauricio Macri ganó en 2015 por balotaje, igual que Milei en 2023. En 2015, Cambiemos consolidó un piso de 46 diputados, base legislativa que luego de la gran elección de 2017 incrementó en 61 bancas. Con casi el 42% de los votos a nivel nacional en 2017, Cambiemos quedó con 107 diputados.
Pero se advierte que ese contexto de 2017 tiene importantes diferencias con el de 2025, a saber: 2017 fue el pico de performance del macrismo; la economía estaba en crecimiento; la polarización con el peronismo en casi todo el país impidió terceras fuerzas relevantes. De tal manera, 2017 se repartió entre menos fuerzas y eso benefició principalmente al que ganó la elección.
Es así que la consultora hace una proyección de los resultados en ambas cámaras. Se aclara que el 7 de agosto se conocerán las alianzas electorales de cara a octubre, lo que permitirá proyectar bancas en función de las fuerzas que se presenten en cada provincia. Mientras tanto, hace cálculos en función de las proyecciones que el politólogo y docente Pablo Salinas realizó tomando los números de la elección de 2023.
Así, recuerda que en el Senado LLA cuenta con 6 miembros, y según las generales de 2023 podría llegar a 14, en tanto que de acuerdo con el resultado del balotaje de 2023, podría tener 20 senadores.
Mientras que en la Cámara alta no le alcanzaría para llegar a tener un tercio, sí superaría ese número en Diputados, donde cuenta con 39 miembros y según las elecciones generales de 2023 llegaría a tener 71 diputados, en tanto que de acuerdo con el balotaje de las últimas presidenciales, el bloque se engrosaría a 94.