Por “la crisis de desabastecimiento en salud” Milei responsabilizó al kirchnerismo

El presidente sostuvo que la situación actual fue causada por “la política comercial irresponsable” y recordó lo ocurrido durante la pandemia.

De forma breve durante la Asamblea Legislativa el presidente de la Nación responsabilizó al kirchnerismo por haber “empujado al sistema de salud a una crisis de desabastecimiento” y recordó lo ocurrido durante la pandemia.

Javier Milei afirmó que el sistema de salud “fue empujado hacia una crisis de desabastecimiento causada por la política comercial irresponsable del gobierno anterior que dejó a médicos, pacientes y familias sin stock de insumos médicos de todo tipo y, en particular, de medicamentos especiales como los insumos oncológicos”.

“Todo esto en medio de la farsa del ‘Estado te cuida’ durante la pandemia donde si hubiéramos hechos las cosas como un país mediocre, hubiéramos tenido 30 mil muertos de verdad, mientras tuvimos 130 mil con el dolor enorme que ello significa”, acusó al referirse a lo ocurrido con las vacunas en pandemia y cerró: “Nos vendieron la idea de que el Estado trabaja como un seguro, pero en la vida real cuando el siniestro ocurre defaultea”.

Llamado urgente a la unidad

Por Mario Negri. El presidente del bloque radical de Diputados ve que el trabajo de 8 años, que son los que lleva unida la principal oposición, entró en una zona de turbulencia y reclama frenar ya esta escalada.

Juntos por el Cambio surgió en 2015, con el nombre Cambiemos, como respuesta de partidos políticos de diferentes orígenes y trayectorias a la necesidad de vencer al kirchnerismo y devolverle a la Argentina un gobierno republicano, realmente federal y transparente. Desde la Convención de la UCR en Gualeguaychú, la coalición ya transitó ocho años de existencia. Hemos sido gobierno entre 2015 y 2019 y hemos sido oposición desde 2019. Ganamos la última elección de medio término de 2021 al kirchnerismo y lo hicimos de modo contundente.

Durante seis de esos ocho años fui presidente del interbloque de diputados nacionales de Juntos por el Cambio. Arrancamos con 85 diputados y hoy tenemos 115. Fuimos creciendo en volumen político y eso se vio reflejado en el Congreso. A fines de 2017, aguantamos unidos que el kirchnerismo y los sectores de ultraizquierda arrojaran 14 toneladas de piedras contra el Palacio Legislativo para socavar la legitimidad que nuestra fuerza política había ratificado en las elecciones parlamentarias de ese año.

En estos dos últimos años las fundaciones de los cuatro partidos que integran Juntos por el Cambio vienen trabajando en silencio y rigurosamente en un programa de gobierno. Quienes participan del trabajo pueden dar fe de la armonía y camaradería que impera a la hora de pensar el país que viene y cómo afrontar los profundos cambios estructurales que demanda nuestra República. Porque el kirchnerismo no sólo demolió la economía de todos los argentinos, de las empresas que quieren producir, de los emprendedores que quieren salir adelante, sino que está haciendo todo lo posible por demoler las instituciones. El juicio político a la Corte Suprema de Justicia y la absoluta degradación de la figura del presidente de la Nación son las muestras más patéticas.

Hace ya mucho tiempo que a los dirigentes que caminamos por las calles del país nos paran los ciudadanos para decirnos “no se peleen”, “no se peleen”, “no se peleen”.

Por eso, me propuse como misión personal  hablar con la mayor cantidad de dirigentes nacionales de la coalición para pedir que se ordenen las prioridades, que haya un programa de gobierno y una competencia serena entre los precandidatos a la Presidencia y que, en la medida de lo posible, se eviten los enfrentamientos en donde sean posible los acuerdos. Hay que procurar consensos para escuchar la demanda de unidad que nos hace la ciudadanía. El ejemplo es Córdoba, donde tras largos años de desencuentros, Juntos por el Cambio se ordenó y está ofreciendo la mejor propuesta para una alternativa de cambio.

Hoy veo que el trabajo de ocho años, con sus aciertos y con los errores de los que hemos aprendido, entró en una zona de turbulencia. Esta escalada debe frenarse ya. Los argentinos necesitan una coalición que pueda honrar los valores que se explicitan en su nombre: la unidad, a través de la palabra “Juntos”,  y la vocación transformadora, expresada en la palabra “Cambio”. Esa es la principal demanda de quienes confiaron en nosotros.

La repentina decisión de someter a un debate público la idea de conformar un “frente de frentes” para incorporar al gobernador Juan Schiaretti sin un debate ni una discusión profunda, a días de que los cordobeses tengan que elegir y decidir por una alternancia después de 24 años de un mismo gobierno, es natural que nos consterne y alarme. Nuestra coalición en Córdoba fue entrampada en un cronograma electoral fijado por la Provincia de acuerdo a las conveniencias del oficialismo y la estrategia personal del gobernador.

Este cronograma además se solapa con la definición de las candidaturas de Juntos por el Cambio a nivel nacional. Eso no es casualidad, fue hecho con esa finalidad. Si el peronismo de Schiaretti dice tener la misma preocupación por el país que nosotros en lo que refiere a la gobernabilidad, ¿por qué no lo expresó antes? Recién lo hizo cuando están por expirar los tiempos para inscribir las alianzas electorales y cuando los cordobeses nos preparamos para votar el 25 de junio un nuevo gobierno.

En estas horas de zozobra es indispensable predicar la unidad con el ejemplo y desterrar las ideas que erosionan la cohesión interna.

Juntos por el Cambio no es sólo de los dirigentes sino de una sociedad que ha venido confiando en ella. De este gobierno ya nadie espera nada, debemos ofrecerles certidumbre y confianza. Si no somos capaces de hacerlo, estaremos en deuda para siempre con ellos.

Para Casaretto, los sectores con “concentración de ingresos” promueven una “agudización de la crisis”

El diputado oficialista llamó a la “prudencia” en “este momento de tantas amenazas sobre nuestro Gobierno”.

El diputado nacional Marcelo Casaretto (FdT) se refirió al comunicado que emitió el bloque oficialista y opinó que los sectores con “concentración de ingresos” promueven una “agudización de la crisis”.
“Los 118 integrantes del bloque del Frente de Todos expresamos el repudio ante estas maniobras golpistas en relación a todo lo que está pasando en Argentina”, señaló.

En diálogo con Radio Nacional, el entrerriano sostuvo que hicieron “un llamado a la responsabilidad política de parte de todos los sectores” porque “defendemos la democracia, la institucionalidad y el mandato de nuestro Gobierno que los argentinos le dieron hasta diciembre del año que viene”.

“Hoy tenemos un proceso de concentración del ingreso, y lo que estos sectores quieren es más concentración del ingreso, y esta agudización de la crisis que promueven tiende a que los sectores de poder avancen sobre los sectores populares. Es lo que ha pasado siempre y nosotros estamos denunciando”, observó.

También, consultado por declaraciones como las de Juan Grabois, que habló de “dejar sangre en las calles”, el legislador reconoció que “dentro de la coalición hay tensiones”, pero “tenemos que aportar a la gobernabilidad”.

“Algunos piensan que presionando por izquierda desde dentro del Frente de Todos va a conseguir algunas cosas, y en realidad está poniendo en riesgo las cuestiones de todos”, advirtió. En esa línea, Casaretto pidió “prudencia en este momento de tantas amenazas sobre nuestro Gobierno”.

Juntos por el Cambio responsabiliza a Alberto, CFK y el FdT del “descalabro”

La principal oposición expresó su preocupación ante el agravamiento de la crisis y condenó este “nuevo embate” contra la Corte Suprema, que busca –dijeron- garantizar la “impunidad” de la vicepresidenta.

La Mesa Nacional de Juntos por el Cambio se reunió este martes y sus integrantes expresaron su “máxima preocupación por la crisis sin precedentes que estamos atravesando y que continuará empeorando”.

“Esta falta de dirección -remarcan-, nutrida de una crisis política y moral del Gobierno produce una profunda descomposición del tejido social”.

A través de un comunicado remarcaron que “Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner y el frente que lideran son los únicos responsables de este descalabro”.

A la crisis económica sumaron los embates contra la justicia, destacando que en las últimas horas se produjo un ejemplo claro de la situación: “En dos videos de 7 minutos la vicepresidenta realizó un nuevo embate contra la Corte Suprema en otro intento por someter a un poder del Estado para avasallar las instituciones y garantizar su impunidad. Horas más tarde, el propio presidente adhirió al embate elevando el nivel de gravedad institucional”.

“Advertimos con preocupación la posición delictiva y conspirativa de la señora vicepresidente, no sólo vacía la figura presidencial, sino que también atenta contra el resto de las instituciones”, expresaron los miembros de JxC, que dijeron asistir a “la persecución de un interés meramente personal que pone ante el abismo a toda la Nación”.

La principal oposición interpreta que “este hecho de altísima gravedad institucional se suma a una agenda totalmente disociada de los problemas de los argentinos”.

En ese sentido señalaron que “la ciudadanía vive a diario presa de la inseguridad, la pérdida del dinero por causa de la inflación descontrolada, dificultades para sostener o conseguir un trabajo digno y un sistema educativo que no prepara a nuestros hijos para el futuro”.

“El Gobierno somete a los argentinos a una constante incertidumbre que no hace más que profundizar los problemas de todos los días. La falta de un plan y su permanente improvisación les impide reconocer los problemas y trabajar para solucionarlos. Esto genera más inestabilidad, más inflación y más pobreza. Y como si esto fuera poco, sus luchas internas por el poder le echan nafta al fuego de la conflictividad social liderada por los propios miembros del Frente de Todos y en constante incremento en todas las calles del país”, precisa Juntos por el Cambio.

La principal oposición anticipó su decisión de seguir poniendo “límites a los intentos de avasallamiento institucional como la reforma judicial o la modificación de la Corte Suprema; también buscaremos bloquear cualquier intento de políticas que ahoguen aún más al sector productivo y a los argentinos como los aumentos de impuestos o la creación de nuevos”.

Alertaron que “la situación económica y social que afecta las condiciones de vida de los sectores más vulnerables tanto como nuestras capacidades productivas, ameritan que los bloques parlamentarios se abstengan de impulsar o acompañar cualquier iniciativa que implique aumentos del gasto público, frenando la emisión, congelando vacantes y estableciendo que ningún aumento en el ingreso de cualquier funcionario público podrá superar los índices que se aplican para actualización de jubilaciones y pensiones conforme a las iniciativas que ya hemos presentado. Juntos por el Cambio se compromete con la austeridad en el ejercicio de la política”.

Por último, desde todos los equipos y fundaciones de Juntos por el Cambio aseguraron que trabajarán “con mucha seriedad y profesionalismo en el armado de un plan consensuado por una amplia mayoría para proponer a los argentinos en 2023 una alternativa superadora que nos devuelva la esperanza en un futuro mejor”.

Para esto, adelantaron que continuarán con su agenda de encuentros de debates y propuestas sobre políticas públicas, donde se realizará una reunión con las fundaciones de Juntos por el Cambio en la primera semana de agosto y a continuación el encuentro programático de energía, economías regionales y educación, sucesivamente.

Participaron de la reunión que se llevó a cabo de manera virtual los presidentes de los partidos Patricia Bullrich (Pro), Gerardo Morales (UCR), Maximiliano Ferraro (CC) y Miguel Ángel Pichetto (Encuentro Republicano Federal); el expresidente Mauricio Macri; el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta; los gobernadores Gustavo Valdés (Corrientes) y Rodolfo Suárez (Mendoza); los senadores nacionales Alfredo Cornejo, Humberto Schiavoni, Luis Naidenoff y Martín Lousteau; los diputados nacionales Cristian Ritondo, Mario Negri, Juan Manuel López, María Eugenia Vidal y Margarita Stolbizer; la diputada provincial Maricel Etchecoin Moro; y los dirigentes Ernesto Sanz y Ramón Puerta.

Cumbre de JxC para analizar la crisis

Los presidentes de los partidos que forman parte de la principal oposición se reunieron este domingo para analizar la situación política y económica del país.

Los presidentes de los partidos que integran Juntos por el Cambio se reunieron este domingo por la tarde mediante la modalidad virtual y allí analizaron la grave situación política y económica que atraviesa el país.

Patricia Bullrich (Pro); Gerardo Morales (UCR); Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica) y Miguel Ángel Pichetto (Encuentro Republicano Federal), conversaron durante una hora y media y al cabo del encuentro publicaron un comunicado con las siguientes consideraciones:

– “Observamos con mucha preocupación una fuerte debilidad política que genera graves consecuencias en millones de argentinos”.

– “Estamos frente a un gobierno dividido en luchas intestinas, cuyo único objetivo es el poder, y esto agrava aún más la difícil situación económica, social, política e institucional”.

– “Los cambios y medidas de la última semana han profundizado la pérdida del poder adquisitivo de manera significativa, lo que implica cada día una menor capacidad de compra de los argentinos, genera una alta volatilidad del dólar, graves restricciones a la industria por la falta de insumos para la producción, además de la falta de gasoil; un problema no resuelto, entre otros”.

Por último, se decidió convocar a una nueva reunión de la Mesa Nacional de JxC para el próximo martes 19 de julio.

Cecilia Moreau se refirió a la suba de precios: “Estamos en un contexto grave”

Además, la legisladora oficialista apuntó hacia la gestión anterior por “el desastre que dejó en términos sociales y económicos”. Por otro lado, habló sobre la interna dentro del bloque.

La diputada nacional y vicepresidenta del bloque Frente de Todos en la Cámara baja, Cecilia Moreau, se refirió a la inflación y afirmó que “estamos en un contexto grave” y que son necesarias las medidas que el Ministerio de Desarrollo Productivo viene adoptando sobre los formadores de precios y agregó que “no se puede desconocer la crisis que hay”.

“Desde el Gobierno tenemos que ser más firmes con los formadores de precios, no puede ser que una familia trabajadora esté dentro de la línea de pobreza”, sostuvo Moreau en declaraciones para Radio Nacional Rock.

Este lunes, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, anunció que trabajará junto a supermercadistas y productores alimenticios para definir “en 24 horas” qué productos de una canasta de alimentos deben volver a los precios que tenían entre el 8 y 10 de marzo.

En esta línea, la diputada del FdT aseguró que desde el oficialismo reconocen “el desastre que dejó el expresidente (Mauricio) Macri en términos sociales y económicos”, y es por esto que se necesitan medidas fuertes y “ya mismo” para los formadores de precios.

Por otra parte, Moreau se refirió a la situación interna de su coalición y opinó que “la unidad es un valor importante”, y remarcó: “Necesitamos urgentemente tener un espacio y ponernos de acuerdo en consensos básicos, estamos de acuerdo en que existe la necesidad de construir políticas de Estado que le mejore la vida diaria a los argentinos”.

Un Gobierno intervenido y “platita en el bolsillo” para revertir la elección

La irrupción de Juan Manzur en la nueva etapa del Gobierno marcó el pase a segundo plano del Presidente, que quedó bien expuesto el viernes durante un acto en Pilar. La “desgracia” del oficialismo con sus primeros candidatos.

Por José Angel Di Mauro

2017 fue una gran elección para Cambiemos, que por entonces mantenía su nombre original. Ese es el recambio espejo de las elecciones de este año. Esa vez en las PASO ganó en lugares impensados, como San Luis, donde el aliado del entonces oficialismo Claudio Poggi -ex gobernador puesto por los Rodríguez Saá– se impuso en la elección para senadores por 57,65% a 38,24% sobre el Frente Unidad Justicialista. Una diferencia enorme que fue revertida en las elecciones generales 54,58 a 37,02. Por entonces los hermanos Rodríguez Saá seguían unidos y el Estado provincial puso todo y aun más para torcer la decisión original de los ciudadanos. Hubo mucho dinero derramado en la sociedad y hasta “caza de traidores”.

Este año no se eligen senadores en San Luis, pero Poggi vuelve a ser candidato, ahora a diputado, y ganó las primarias 46,92 a 37,36. Menos diferencia, pero ahora el gobernador Alberto Rodríguez Saá y su hermano Adolfo están separados, e incluso este último compite con lista propia. Después de las PASO “el Adolfo” estuvo en el Senado durante los días más críticos de la crisis oficialista y se lo vio concurrir varias veces al despacho de Cristina Kirchner. No trascendió de qué hablaron, pero todos imaginan que el senador le contó con lujo de detalles cómo hicieron hace 4 años para dar vuelta esa elección. Es el caso testigo en el que los más optimistas del Frente de Todos se basan para mantener viva la ilusión.

No es que imaginen que la proeza es probable. Le alcanzará al oficialismo para proclamarse airoso con dar vuelta solo algunos distritos, aunque en la sumatoria queden relegados. Piensan en Buenos Aires y un par de provincias donde eligen senadores. La Pampa es una y ya lo hicieron precisamente en 2017, cuando terminaron revirtiendo la derrota de las PASO por 76 votos; Chubut es otro objetivo; pero el premio mayor sería Santa Fe, donde la vicepresidenta quiere que el FdT gane los senadores por la mayoría y así pueda renovar María de los Angeles Sacnun, una de sus senadoras preferidas.

Ganar en Buenos Aires sería revertir la decepción que los embargó el 12 de septiembre y que los acompaña hasta el presente. Y los que desde ese día no dejan de estudiar el comportamiento del electorado esa jornada se animan a garantizar que es enteramente posible “darla vuelta” en ese distrito. Porque la diferencia es de apenas 4 puntos y monedas, con un caudal de votantes mucho más escaso que en todas las elecciones precedentes y siendo el votante propio el que mayor ausentismo registró. Comparando entre elecciones legislativas, hay 10 puntos de diferencia entre la concurrencia de estas PASO y las generales de 2017. La relación es 68,29% a 78,88%.

Ojalá fuera todo tan lineal, aclaran oficialistas que mantienen los pies en la tierra. Porque históricamente lo que hoy es Juntos por el Cambio siempre ha sido el que más creció entre las PASO y las generales. Los encuestadores analizan además que la grave crisis político-institucional que se vivió la semana que sucedió a la derrota oficialista dejará secuelas electorales que no hacen prever una mejor cosecha en noviembre; más bien lo contrario.

El presidente junto a los dos primeros de la lista bonaerense del Frente de Todos.

Es en este contexto donde juega fuerte la estrategia del Gobierno consistente en “ponerle platita en el bolsillo a la gente”, tal la descarnada confesión del candidato Daniel Gollan. En el Gobierno están que trinan contra el exministro de Salud bonaerense. Porque en ausencia de Victoria Tolosa Paz -la primer candidata fue relegada hasta tanto resuelvan qué discurso expondrá al reaparecer-, Gollan se ha transformado en el vocero de los candidatos oficialistas de la Provincia y su sinceridad le ha jugado en contra. Ya el martes había descartado la existencia de un “voto castigo” contra el Gobierno, sintetizando la causa de la derrota en que el adherente oficialista no había ido a votar. “Eso se va a corregir”, remarcó ese día, basándose en la batería de anuncios del Gobierno que representará “un shock”, aseguró. Ya ese día habló de poner “en el bolsillo” de la gente plata para reactivar la economía, y graficó: “Vos sabés que cuando a los peronistas nos tocan la oreja, ponemos toda la carne en el asador, y eso se va a hacer. Entonces estoy muy convencido que vamos a recuperar una muy buena cantidad de votos. Los intendentes están con un piso de 5 puntos con respecto a lo que sacamos en esta última elección”.

Ya lo había adelantado un día antes el propio Máximo Kirchner, al decir que “el sector que no fue a votar está esperando que entendamos la demanda, que los representemos, que no los invisibilicemos”.

Cuando dos días después Gollán desató la polémica al hablar del efecto electoral de la “platita en el bolsillo” de sus votantes, solo fue más descarnado. Igual, lo hicieron callar.

Tiene mala suerte el peronismo con sus primeros candidatos. En 2017, debieron silenciar a Fernanda Vallejos luego de que hiciera una enfática defensa de Amado Boudou. No hubo problema entonces porque la campaña de Unidad Ciudadana la llevaba adelante la candidata a senadora, Cristina Kirchner. Ahora Tolosa Paz debería dar explicaciones sobre la crisis en el FdT y hasta el desaire de CFK hacia ella en la noche de la derrota.

Esta semana el candidato de Juntos Diego Santilli confirmó su disposición a debatir antes de las elecciones, pero la pregunta del millón es si su rival oficialista -que tanto había insistido con eso antes de las PASO- está en condiciones de hacerlo, dadas las circunstancias.

Como sea, los voceros del oficialismo pasaron a ser otros. Aníbal Fernández, porque para eso ha llegado al nuevo gabinete, aunque su imagen resulte controvertida para buena parte del electorado; y sobre todo Juan Manzur, convertido en una suerte de gerente de esta administración. Ese término puede resultar hasta condescendiente, pues otros directamente consideran al gobernador tucumano como una suerte de “interventor” del Gobierno de Alberto Fernández.

Manzur y Aníbal Fernández, las dos nuevas figuras del gabinete de Alberto.

El nuevo jefe de Gabinete ha irrumpido en la actual gestión como una suerte de revulsivo, desplegando una hiperactividad notoria, signada por anuncios rimbombantes. Arranca bien temprano y hasta trabaja los sábados: toda una señal respecto de lo que se le cuestiona en el Instituto Patria al Gobierno de Alberto Fernández.

El tucumano arrancó con todo el lunes pasado, cuando en compañía de la devaluada ministra Carla Vizzotti anunció la prescindencia del barbijo en lugares abiertos. Países con más avanzados planes de vacunación dejaron para mucho más adelante ese paso dispuesto por un Manzur que cerró la semana anunciando en el mismo tono que “estamos en la etapa final de la pandemia”.

Lo hizo al encabezar en Pilar la presentación del programa Previaje PAMI, en un acto en el que estuvieron el gobernador Axel Kicillof, los ministros Matías Lammens y Gabriel Katopodis y la titular del PAMI, Luana Volnovich. No hace falta destacar quién no estaba: el presidente Fernández. La única explicación para el pase a un segundo plano por parte del mandatario -citado por el tucumano al celebrar la paternidad anunciada a través de un escueto comunicado oficial el día anterior- puede encontrarse en una certeza que cobra fuerza en este contexto: es piantavotos.

Desplazado Santiago Cafiero, el jefe de campaña es ahora el propio Manzur, y la estrategia hasta el 14 de noviembre pasa estrictamente por los anuncios. A saber: aumento del salario mínimo; suba del piso para aplicar el impuesto a las Ganancias; amnistía fiscal y extensión de la moratoria; bonos para jubilados; continuidad del REPRO; exención de Ganancias para instrumentos financieros; jubilaciones anticipadas (a los 55 años) para desempleados; y nuevo IFE.

Sin mencionar el ya citado reparto de electrodomésticos y bicicletas para recuperar el “voto renuente”.

Así como la marca Frente de Todos es más fuerte que sus candidatos, los anuncios son considerados ahora más valiosos que los discursos. Paralelamente, la marca y los anuncios son aun más efectivos que el propio Presidente, relegado a un segundo plano. Ya lo dijo Julio Bárbaro al día siguiente de la resolución formal de la crisis en la cima del poder: “Tenemos un gabinete más fuerte, y un presidente más débil”.

No le fue mejor a Axel Kicillof, al que también le intervinieron la Provincia. En su caso, a manos de Máximo Kirchner. El estado de ánimo que embarga al mandatario provincial se le percibía en el rostro durante la ceremonia de asunción de los intendentes Martín Insaurralde y Leonardo Nardini, y de Cristina Alvarez Rodríguez. La expresidenta tuvo con el gobernador la generosidad de no dedicarle una carta pública; solo lo hizo viajar a El Calafate en avión de línea el fin de semana para explicarle personalmente su decisión. Y al gobernador no le quedó otra que aceptar lo que desde el inicio se resistía a hacer: darle juego a los intendentes, algo que siempre se había prometido no hacer.

Martín Insaurralde al jurar ante el gobernador Kicillof.

Valdés: “La unión entre Alberto y Cristina es indispensable”

Para el legislador kirchnerista, “la unidad es nuestro valor”, negó haber visto durante la crisis “tentativas de ruptura” y expresó su confianza en revertir el resultado en noviembre.

El diputado nacional Eduardo Valdés se refirió a los nuevos ministros que asumieron esta semana luego de los resultados adversos que obtuvo el Frente de Todos en las elecciones primarias, señalando que “a los peronistas nos gusta sentir épica en los momentos difíciles. Manzur tuvo una dura paso en su provincia, y cuando fue convocado en un momento de emergencia, siento que viene a hacer las cosas bien, que no tiene marcha atrás”.

Para Valdés, el gobernador tucumano “es un gran jefe de Gabinete” y respecto de las otras designaciones dijo que le gustan los nuevos ministros. “Es gente que sabe gestionar. Siento que a pesar de las burbujas que hubo en los días posteriores a la elección, la resolución fue muy buena”, aseguró.

En diálogo con Radio 10, el titular de la Comisión de Relaciones Exteriores de Diputados se mostró confiado en la fortaleza política del oficialismo, frente a las versiones que circularon durante lo peor de la crisis en el seno del oficialismo. “Creo en el Frente de Todos. Nos costó mucho construirlo. Algunos llegamos despeinados al día de la asunción. Otros llegaron peinaditos, quizás los que rápidamente ante un momento difícil quieren armar el albertismo”, comentó el legislador, que privilegió: “La unidad es nuestro valor. El frentetodismo es lo central. La unión entre Alberto y Cristina es indispensable. El presidente tiene una gran conducta”, sostuvo.

Sobre los días de tensión política que vivió el oficialismo, Valdés señaló: “Estuve con Cristina y con Alberto en esos días. Lejos de ver tentativas de rupturas, vi cómo se estaba trabajando para armar el nuevo gabinete. Cristina pensó nombres que vio muy bien Alberto”. A su juicio, “las horas previas fueron duras pero se resolvió bien, me genera orgullo el Frente de Todos”.

“Si hay una medalla que quiero que me cuelguen, es por haber estado junto a Cristina el día de las ocho indagatorias 25 de febrero de 2019. Desde ese momento, hasta mayo que se anuncia el Frente de Todos, hemos sufrido todos los ataques y persecuciones para que Cristina no tuviera expresión política. Hasta que hizo el movimiento de ajedrez político, que todavía lo están estudiando en Georgetown, decidió involucrarse ella en la fórmula y poner a Alberto a la cabeza”, comentó en otro pasaje.

Además, el legislador nacional se refirió con optimismo a las elecciones generales: “En noviembre vamos a recuperar la mayoría”, anticipó, basado en que “hay muchos votantes del Gobierno que no fueron a votar a las PASO. Nos están advirtiendo algo. Pero no se fueron con la oposición. Cambiemos no sumó nuevos votos, bajó el Frente de Todos”.

“Me gusta que nuestros votantes nos den un mensaje de advertencia, lo tenemos que saber leer. A ellos no los lleva nadie a votar, en algo habremos fallado para que no nos acompañen”, concluyó.

Rodríguez Saá planteó debatir la deuda en el contexto de crisis por la pandemia

Al igual que el Presidente en la ONU, el senador puntano pidió ante el Parlatino que en las negociaciones de la deuda externa se tengan en cuenta las problemáticas sociales como el hambre y la brecha digital.

El senador puntano Adolfo Rodríguez Saá (Frente de Todos), planteó este viernes ante el Parlatino priorizar el debate con un “contenido profundo” sobre “el hambre y “la brecha digital” por un alto impacto en el atraso educativo de los sectores más vulnerables, como así también la caída “exorbitante” de la economía durante la pandemia que impactó “en el incremento de los intereses de la deuda de la región latinoamericana”.

El legislador nacional precisó que “si ligamos estos tres ítems” como lo son “el hambre, la falta de acceso a la conectividad y la grave crisis económica generada por la pandemia con una insostenibilidad del endeudamiento, deberíamos mirar el problema de la deuda como lo expreso el presidente de la Argentina -Alberto Fernández- ante la ONU”.

Rodríguez Saá además afirmó que “necesitamos capital para avanzar en la solución necesitamos la colaboración del mundo para luchar contra estos temas”.

Durante el discurso que pronunció al participar de la reunión virtual que mantuvo este viernes con la mesa directiva ampliada del componente latinoamericano, donde además se definieron los temas prioritarios sobre una agenda de diálogo político y cooperación Birregional UE-ALC en el marco de EUROLAT.

En otro pasaje de su ponencia, el senador por San Luis propuso el tratamiento de un documento para presentar ante la Unión Europea donde estén vinculados las tres problemáticas que presentó, pero con una mirada sobre el manejo de la deuda externa post pandemia.

Una interna descarnada a cielo abierto, con una clara ganadora

No podía ser más desgastante para el Gobierno la semana que siguió a una de las derrotas más severas sufridas por el peronismo. Si los votos lo dejaron debilitado, la crisis posterior expuso a Alberto Fernández a una tensión desgastante de la que no salió mejor parado, pero con un gabinete con más volumen político.

Por José Angel Di Mauro

Al cabo de otra jornada febril de negociaciones a puertas cerradas y versiones de todo tipo, se supo que el presidente iría al día siguiente a La Rioja, donde se mostraría con gobernadores. Se especuló entonces conque desde allí anunciaría su nuevo gabinete. Muchos se ilusionaron con un Alberto Fernández “empoderado”, relanzando su gobierno apoyado en los gobernadores, como se teorizaba al inicio de su gestión. Pero no.

Poco después de dejar la Casa Rosada a bordo del helicóptero junto a Gustavo Beliz alrededor de las 22.30, comenzó a circular el comunicado de Presidencia que anunciaba las designaciones con las que se buscaba poner fin a la crisis desatada en la cima del poder, tras la estrepitosa derrota en las PASO. La confección de los cambios no hizo más que certificar que el presidente terminó cediendo.

Lo cual, de alguna manera, infunde cierta tranquilidad porque garantiza que los encontronazos pararán al menos por un tiempo. Posiblemente hasta el 14 de noviembre.

Dice más lo que no está escrito en el comunicado, que los nombres que allí figuran. Pues no se menciona al ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, ratificado en consecuencia al frente de esa cartera, luego de que desde el jueves se lo considerara fuera. El viernes se daba por hecho que la solución a la grave crisis planteada entre el presidente y su vice sería salomónica e implicaría la salida de tres funcionarios albertistas y otros tantos de Cristina. Si se iba Wado, también lo haría Santiago Cafiero. Sin embargo el dirigente de La Cámpora seguirá, no así el jefe de Gabinete. Al menos no en ese cargo, sino en Cancillería, cuestión de atenuar el impacto de la salida.

El presidente Fernández con los gobernadores el último sábado.

No hubo ninguna compensación; el único cristinista que sale es Roberto Salvarezza, de un peso específico bastante inferior políticamente hablando. Sobre todo si se tiene en cuenta que la primer salida anunciada fue la de Juan Pablo Biondi, mucho más que un vocero para el presidente Alberto Fernández. La suya fue la primera y única renuncia de carácter “indeclinable” presentada en una semana en la que los planteos en ese sentido fueron casi todos verbales.

El presidente podrá considerar que ha logrado retener a varias de las otras cabezas exigidas desde el cristinismo. Por ejemplo Matías Kulfas, o Claudio Moroni. Pero sobre todo Martín Guzmán, aunque en realidad la vicepresidenta no iba por él; no ahora, cuando debe defender el proyecto de Presupuesto 2022 que acaba de mandar al Congreso y está pendiente la firma del acuerdo con el Fondo. Su hijo y otros halcones del cristinismo sí querrían su salida. No es que Cristina haya cambiado su consideración por él, ya lo dejó claro en la carta fulminante que difundió el jueves. Debe considerarse en el mismo sentido que lo exteriorizado sin filtro por Fernanda Vallejos, quien como ya hemos dicho más de una vez, no habla en nombre de la exmandataria, pero suele expresar su pensamiento. La serie de audios que se conocieron de ella serían parte de una puesta en escena dirigida a los sectores en pugna del Frente de Todos.

fernanda vallejos
Fernanda Vallejos le puso un toque de picante a la polémica.

Tan claro está que en la resolución del conflicto en el Gobierno es Cristina la que se impuso, que hasta la designación del gobernador tucumano como jefe de Gabinete terminó siendo una “sugerencia” suya, tal cual lo dejó claro en su carta del jueves. Allí recuerda las “diferencias ya superadas” con quien fuera su ministro de Salud, que tuvo en agosto de 2018 la osadía de dar por concluido su ciclo. “Valoro que sea senadora y que pueda aportar. Pero ya está, terminó”, dijo entonces. La expresidenta no olvida esas cosas.

Manzur siempre fue el gobernador más cercano a Alberto Fernández y a sugerencia suya iba a ser ministro de Salud de la Nación Pablo Yedlin. Pero por las razones ya expuestas Cristina lo bochó, y el presidente tuvo que llamar a Ginés González. Cuando la debacle peronista de 2015, el tucumano podía regodearse de gobernar el distrito más populoso en manos del PJ. Hoy Manzur es uno de los pocos peronistas que ganaron en las PASO; otro es el riojano Ricardo Quintela, al que Alberto recibió el viernes y fue su anfitrión al día siguiente. El tucumano venció nada menos que a su vicegobernador, con el que vive un duro enfrentamiento que concluyó con el desafío en internas, en el que prevaleció el gobernador. Por esa pelea es que Manzur se resistía a aceptar ser jefe de Gabinete, para no dejarle la gobernación a Osvaldo Jaldo.

Por eso es que el Gobierno nacional se dedicó intensamente a tratar de convencer a este último para que renunciara al cargo -a cambio de un cargo nacional-, de modo tal que Manzur pudiera aceptar mudarse a Buenos Aires. No se sabía a qué acuerdo habían llegado cuando Jaldo escribió este conceptuoso tuit: “Felicitamos y valoramos la actitud del gobernador @JuanManzurOK en estos momentos difíciles de asumir como jefe de Gabinete en el gobierno de nuestro Presidente @alferdez y nuestra vicepresidenta @CFKArgentina, poniéndonos a disposición en lo que haga falta”.

Alberto Fernández quería al menos un gobernador más a su lado en esta nueva etapa que inicia su administración, pero solo encontró negativas en los mandatarios que desfilaron por la Casa Rosada: por caso, el chaqueño Jorge Capitanich, quien debe ordenar su patio trasero pues sufrió una sonora derrota en las PASO; también el sanjuanino Sergio Uñac, que hace tiempo tenía pensado proyectarse a nivel nacional, pero siempre postergó ese deseo y más ahora, poco convencido de sumarse a esta gestión en tales circunstancias.

Así y todo, una fuente oficial valoraba la noche del viernes que con los nombres que se suman al Gobierno -salvo el ministro de Educación, todas figuras conocidas y de peso-, el gabinete “gana volumen político”. Se verá si es suficiente para que el oficialismo pueda recuperarse en las elecciones generales. Difícil: desde que hay PASO, solo 14 elecciones pudieron revertirse en las generales -sobre un total de 123-, y en apenas tres de ellas en favor de lo que hoy representa el Frente de Todos. Así y todo también es cierto que siempre hay casos que se revierten, lo que para el oficialismo nacional podría llegar a representar recuperar algún senador y con ello mantener el quórum propio en la Cámara alta.

La más que probable ratificación de un resultado adverso en noviembre significará seguramente una nueva modificación del equipo ministerial, esta vez más a fondo. Por eso es que todos coinciden en que el Gabinete que asumirá este lunes será “de transición”. Razón por la cual le costó tanto al presidente sumar gente, cosa que hubiera deseado postergar hasta noviembre.

Para Cristina y Máximo Kirchner eso era inaceptable. Los cambios debían hacerse ahora, y profundizarlos después de noviembre, si cabe. Como sea, la pregunta del millón es ahora cómo será hacer campaña después de semejante pico de tensión. ¿Cómo defenderán los candidatos y funcionarios una administración torpedeada de manera tan explícita desde las entrañas del poder? “Ya le encontrarán la vuelta”, relativizó una fuente consultada. Como si fuera sencillo…

Los reproches airados comenzaron a escucharse desde el domingo mismo. Porque no hay derrota que impacte más que la que no se espera. Es de imaginar el enojo de la vicepresidenta que viajó especialmente desde Río Gallegos a Buenos Aires cuando le anticiparon que la elección se ganaba “con amplitud”. Algunos de los que estuvieron en el búnker oficialista aseguran que sus gritos indignados se escuchaban desde lejos. La enojó aún más que el presidente llegara una hora y media después que ella.

Hay 9 semanas entre las PASO y las elecciones generales. El ganador de la interna bonaerense, Diego Santilli, no quiso perder tiempo y el lunes se lo vio haciendo campaña en Tigre y al día siguiente en Ituzaingó, dos municipios en los que Juntos se impuso. Después, la campaña opositora se frenó por la durísima pelea en el oficialismo. ¿Para qué gastar esfuerzos si el Frente de Todos le estaba haciendo la campaña a la oposición?Se limitaron a ver cómo se consumía el oficialismo en una pelea sangrienta, y cómo perdía una semana completa cuando en campaña el tiempo es uno de los bienes más preciados.

¿Le alcanzarán los cambios al Gobierno para evitar otra catástrofe? Difícil. Nunca se vio que un gobierno ganara elecciones en un clima social tan adverso, producto de una economía desmadrada. Es lo que el cristinismo insiste en enrostrarles a sus socios y ahora en público, con el tono de “yo te avisé”. Desligándose de toda responsabilidad.

Para Milei, el nuevo gabinete “es peor que el que había”

Después de la sorpresa por su auspiciosa performance en las PASO, señaló que “en el mundo, todos los oficialismos perdieron durante la pandemia”.

El candidato a diputado nacional por La Libertad Avanza Javier Milei expresó este sábado que los casi 14 puntos que consiguió en las PASO lo “sorprendieron”. Y agregó que “si dijera otra cosa sería un hipócrita”.

“El nuevo Gabinete es peor que el que había, que ya era malo”, sostuvo el economista, quien enfatizó que las rispideces entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner, que derivaron en cambios en el elenco ministerial, “pueden tener graves consecuencias institucionales”.

En diálogo con CNN Radio, Milei advirtió que “lo que está haciendo Cristina es desligarse del fracaso de Alberto Fernández”.

Milei manifestó que “en el mundo, todos los oficialismos perdieron durante la pandemia. Por eso no es raro lo que pasó en nuestro país. Si a eso le sumás el vacunatorio VIP y el Olivosgate, la caída del oficialismo es más fuerte”.

“Hay algo de voto bronca en la gente que me eligió”, subrayó, a la vez que resaltó que si todo el liberalismo se nucleara en La Libertad Avanza “dejaríamos al kirchnerismo en tercer lugar, además de ganarles en las urnas a otra expresión motorizada por el propio Gobierno de la Ciudad”.

“El revés del Gobierno en las primarias fue muy extendido y llegó a las bases del poder. Perdió en la Provincia de Buenos Aires, la base de sustentación política de Cristina Kirchner. Eso generó un enorme revuelo a partir de una situación de un presidente que estaba muy comprometido de cara a su futuro político y terminó convertido en un cadáver político”, deslizó.

“El problema radica en el riesgo de la institucionalidad. La vicepresidenta se manifiesta. Te puede gustar o no, te puede parecer más o menos prolijo. Pero hay algo que es cierto: el poder existe y se ejerce. Si no lo ejercés vos, lo va a ejercer otro. La Argentina tiene un sistema híper presidencialista. Si Alberto no ejerce el poder es un problema de Alberto, que no está llevando al país por una buen senda”, aseveró en otro pasaje de la entrevista.

Asimismo sostuvo que “si miramos la economía, la Argentina tiene un desequilibrio monetario peor que previo al Rodrigazo. Es decir, nuestra economía es un volcán a punto de hacer erupción. Si hacés lo que Cristina y el grupo de economistas que la rodea reclaman, será lo mismo que tirar nafta al fuego”.

“Para que un ajuste sea exitoso y expansivo se precisa confianza. Y para ser creíble necesitás reputación. Como este gobierno carece de reputación, nada de lo que hace es creíble, no genera confianza y el ajuste va a ser doloroso”, estimó. Agregó que “logramos poner el liberalismo en el centro del debate. Estamos en condiciones de ser la segunda fuerza en la Ciudad y dejar en tercer lugar a uno de los peores procesos políticos que ha tenido la Argentina en el marco democrático. Podríamos drenarle votos al Gobierno y que sea el inicio del fin del kirchnerismo”.

Senadores del FdT se “comprometieron” a buscar una solución para las estaciones de servicio

José Mayans, Nora Giménez y Silvia Sapag mantuvieron un encuentro virtual con representantes de los empresarios de expendio de nafta y gasoil. Preocupa la crisis del sector profundizada por la pandemia de coronavirus.

En un segundo encuentro, el jefe de bloque del Frente de Todos en la Cámara Alta José Mayans junto a las senadoras Nora Giménez y Silvia Sapag se comprometieron a “apoyar las gestiones para contener y asistir a este importante sector de la economía nacional”, según un comunicado.

Además, acordaron realizaron “nuevos encuentros para avanzar en acercar respuestas a la actividad”.

Durante el encuentro por Zoom, dirigentes de distintas provincias los empresarios explicaron que “como consecuencia de la pandemia y de las restricciones que se impusieron, las ventas cayeron más de un 30% y hoy el 58% de las estaciones de servicio de combustibles líquidos y el 65% de las que comercializan GNC se encuentran operando por debajo del punto de equilibrio, en muchos casos al borde del quebranto”.

Frente a esa situación plantearon algunos aspectos que requieren una respuesta urgente por parte del Estado, como por ejemplo, “facilitarles el acceso al REPRO 2, una asistencia oficial que les permitiría cumplir con el pago de los salarios de sus trabajadores”.

También solicitaron “establecer un periodo de gracia para el pago de los créditos FOGAR, que los ayudaron a transitar los meses más complejos de la primera ola de la pandemia; y rehabilitar la moratoria de AFIP que estuvo vigente el año pasado”.

Además, se trató la posibilidad de trabajar a largo plazo en una norma que permita “mejorar el funcionamiento de la actividad, potenciando su cadena de valor”.  

Por las estaciones de servicio participaron los empresarios Alejandro Di Palma, Marisa Centerano, Julio Cademian, Mauro Lapacó, Juan Manuel Prigido y Raúl Panera.

El contexto internacional desata aquí los fantasmas más temidos

El coronavirus terminó siendo el cisne negro que ninguna administración quiere encontrar en su camino. No solo altera la negociación por la deuda, también sus consecuencias impredecibles afectan la recaudación y hasta el cronograma de acciones previstas para el futuro. Se abre un panorama incierto en un contexto internacional inédito.

Por José Angel Di Mauro

Pocos gobiernos resisten la tentación de intentar ser fundacionales. El actual no es, por cierto, uno de ellos. Lo ha hecho permanentemente en estos más de tres meses que lleva gobernando y lo demuestra cuando no deja de enviar proyectos de ley al Congreso. Corrección: de anunciar el envío de proyectos de ley.

Pero en lo que es sin duda fundacional el gobierno de Alberto Fernández es -muy a su pesar- en ser el primer gobierno peronista al que le toca gobernar sin plata. Todo un desafío arrancar de esa manera. Y aunque culpe de ello -como de todo- a la anterior administración, habrá que decir que el Presidente lo tenía muy claro aun antes de hacerse cargo del poder.

Hay otro elemento que hace fundacional al actual gobierno y es el contexto internacional adverso. Una novedad para gobiernos peronistas, todos los cuales supieron atravesar crisis externas -efecto “Tequila” con Menem (1994), la quiebra de Lehman Brothers con Cristina (2008)-, pero nunca de entrada y tan crudamente. Parecía que toda la mala estrella la había acaparado el gobierno de Mauricio Macri, quien logró en el exterior un reconocimiento tal vez superior al del plano interno, pero al que el contexto internacional castigó una y otra vez. Nada parecía que pudiera ser peor que la crisis que precipitó las sucesivas devaluaciones a partir del 25 de abril de 2018. Cepo mediante, ahora la devaluación de la moneda no se está dando, pero eso terminará siendo un problema. Y lo que viene, impredecible como está el mundo, puede llegar a ser peor.

A la crisis del coronavirus nadie la vio venir, aunque ya desde principios de año venía ganando espacio en los medios. Entonces era ajena y lejana. Si eso se conjuga con la caída del precio del petróleo, consecuencia de la pandemia, estamos ante una tormenta perfecta.

El gobierno sabe que los efectos del plan verano, que consistió en ponerle plata en el bolsillo a los sectores más postergados, se han diluido con una crisis cuyo alcance definitivo nadie logra mensurar en su magnitud, luego de que esta última semana los mercados del mundo vivieran el peor crash desde 1987, y Wall Street definiera al Covid-19 entre las mayores crisis de la historia.

En ese contexto debe afrontar su etapa clave el gobierno de Alberto Fernández, que tenía como objetivo definir el tema de la deuda antes de fin de mes. Ya funcionarios del gobierno anticiparon postergaciones, pero lo peor es que la mayoría de los analistas coinciden en que en el actual contexto será muy difícil que los bonistas acepten la propuesta que vaya a hacerles Martín Guzmán. De hecho, se espera que la misma sea muy dura, e inaceptable para los acreedores. La posibilidad de entrar en default es cada vez más concreta y así lo traduce el riesgo país, que superó esta semana la psicológica línea de los 3 mil puntos. Una barbaridad.

Foto: Presidencia de la Nación

Tampoco ayuda el contexto a la relación con el FMI, al que el gobierno se cansó de cuestionar por su flexibilidad con Cambiemos y que ahora está más preocupado por lo que pasa en el resto del mundo que por nuestra adversidad.

El reproche que se le hace al equipo económico es la ausencia de un programa. El plan, como hemos dicho, no puede ser simplemente no pagar la deuda por tres años  y garantizar crecimiento en el mientras tanto. Porque no se dice de dónde vendrá ese crecimiento, y menos aún se sostiene ese objetivo cuando el contexto mundial augura recesión; 50 millones de empleos se perderán solo en el sector turístico. El crecimiento modesto que se preveía en la Argentina para este año ahora es calculado en cero.

Sin considerar el clima hostil revivido entre el gobierno y el campo, la soja cerró la semana pasada en el precio mínimo de los últimos seis meses. Alberto Fernández, que suele mirar su gestión en el espejo de la que compartió con Néstor Kirchner, debe tener en cuenta que ese commodity está hoy a la mitad de lo que era un buen precio en esos tiempos. Habrá entonces menos recaudación en uno de los únicos rubros que produce dólares para el país.

¿Y la gran esperanza de Vaca Muerta? Con el petróleo a 34 dólares el barril, la joya se opaca: el precio debe estar a  más de 40 dólares para que el negocio funcione. A este precio, esa rueda se detiene.

En ese contexto la recaudación viene bajando aquí y será peor con el parate que preanuncia esta epidemia cuyo pico en nuestro país ni siquiera está aún cerca.

¿Y la gran esperanza de Vaca Muerta? Con el petróleo a 34 dólares el barril, la joya se opaca.

Para el exministro Roberto Lavagna, ha sido un error del gobierno “poner exclusivamente a la deuda en el centro” de la agenda, mientras que el economista Rodolfo Santángelo reconoce que la crisis internacional “no ayuda a renegociar la deuda”, pero en todo caso aclara que “evitar el default y renegociar no es el final del camino, sino apenas el comienzo”.

Tampoco ayuda que en el exterior se pregunten si el gobierno argentino tiene intenciones de arreglar el tema de la deuda, como declama el Presidente, o ve con buenos ojos el default, como le atribuyen al ala cristinista, omnipresente en esta administración.

Este es un gobierno muy atento a satisfacer el plano interno, que muestra diversos perfiles. El relato que va construyendo en este breve tiempo lo acerca a sectores que considera muy afines y se preocupa en extremo por atender. Así fue que el lunes pasado, cuando el mundo se puso patas para arriba con la caída generalizada de los mercados, encontró al ministro Martín Guzmán inaugurando la Dirección de Economía, Igualdad y Género del Palacio de Hacienda…

El lunes negro de los mercados, el ministro Guzmán apareció inaugurando la Dirección de Economía, Igualdad y Género del Palacio de Hacienda.

Fue un acto por el Día de la Mujer, en una semana que el gobierno hubiera querido cerrar presentando el proyecto de ley para legalizar la interrupción voluntaria del embarazo. Estaba previsto que el proyecto que el Presidente anunció ante la Asamblea Legislativa que mandaría en 10 días entrara a la Cámara baja el viernes pasado, pero la crisis por el Covid-19 desarmó agendas y cronogramas. Tratándose de un proyecto tan central para esta administración, poco sentido tenía mandarlo en días signados por la atención a la pandemia que modifica planes día a día.

Además, el Congreso prácticamente cerró momentáneamente sus puertas la última semana para ponerse a tono con las medidas oficiales. Y si bien el jueves se constituyeron las comisiones que debatirán la legalización del aborto en Diputados, lo cierto es que semejante debate exigirá de nuevo audiencias públicas como en 2018, que generarán concentraciones en inmediaciones del Parlamento acompañando ese debate. En tiempos de contagio, nada más desaconsejable.

Por eso muchos se preguntan de qué manera avanzará el proyecto en el debate parlamentario, ¿o es que acaso le espera un trámite exprés, con el argumento de que el tema ya se discutió largamente hace dos años? Nadie imagina que sea así, pero ya de por sí marca un cambio de actitud la conformación de las cuatro comisiones que debatirán el aborto, todas las cuales tienen presidentes a favor del proyecto. Un notorio cambio respecto de 2018, cuando las comisiones que conformaron el plenario correspondiente tenían dos presidentes “verdes” y dos “celestes”.

El eventual parate en el Congreso no ayuda, como dijimos, a afrontar una cuestión como la del aborto, pero tampoco a discutir otros temas en los que el gobierno ha puesto todas sus fichas, como la reforma judicial, o el pliego de Daniel Rafecas, propuesto para procurador general. Esto último, conviene decirlo, no le será sencillo al Poder Ejecutivo, habida cuenta de que si Juntos por el Cambio confirma su decisión de rechazar en conjunto al juez federal,  el oficialismo no alcanzará los dos tercios necesarios en el Senado.

Dicho sea de paso, tampoco tiene allí -por ahora- los votos suficientes para revertir el resultado negativo que el aborto tuvo en la Cámara alta hace dos años.

Y la rueda vuelve hacia el monotema: el coronavirus. Las medidas adoptadas los últimos días contrastan con el desdén inicial, mas son bienvenidas. El ejemplo de Italia, tan parecida a nuestras costumbres, es el que quieren atender aquí las autoridades para evitar semejantes consecuencias. Por eso es que todos contemplan que la suspensión de las clases se dará, más temprano que tarde. Hay una razón que demora tal decisión y no tiene que ver con lo pedagógico, sino con la función que cumplen los colegios como comedores, en las zonas más postergadas. Pero lo cierto es que si hay algo que eriza la piel de las autoridades es que la epidemia se declare en el Conurbano.